Tras las deseadas vacaciones, toca volver a la rutina, y debemos poner especial atención al cuidado de nuestra piel ya que elementos como el sol, el calor, el aire
acondicionado, la sal y la arena de la playa o el cloro de la piscina nos pasan factura.
Ya sabéis que nuestro ritual de belleza debe comenzar siempre con una buena limpieza de la piel.
La
limpieza debe ser el primer paso de cualquier rutina facial, tanto en
verano como en invierno. Pero es aún más importante cuando estamos
reparando la piel tras el verano.
Durante el día y mientras dormimos, se acumulan suciedad y residuos que obstruyen los poros, y en verano aún más por el sudor, por ello debemos limpiar nuestra cara, cuello y escote por la mañana al levantarnos y por la noche antes de acostarnos, aunque no nos hayamos maquillado.
Además, la limpieza es un paso imprescindible para que el resto de productos que nos apliquemos penetren bien en la piel.
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